Las localidades de Marruecos son tesoros culturales. En Fez, la ciudad vieja, inscrita en la lista de Patrimonios de la UNESCO, brinda una ventana al pasado medieval con su laberinto de estrechas calles, tiendas artesanales y madrasas antiguas. La ciudad de Marrakech, conocida como la “Urbe Roja”, es famosa por la vibrante plaza Jemaa el-Fnaa, un lugar lleno de narradores, artistas y encantadores de serpientes que resplandece con actividad durante la noche.Uno de los principales atractivos de el Reino de Marruecos es su riqueza natural. Desde cumbres heladas hasta tierras desérticas, este país es un oasis para los exploradores de la naturaleza. Las formaciones montañosas del Atlas son un atractivo para caminantes, con caminos que pasan por pueblos bereberes, regiones llenas de vegetación y rocosa geografía. Durante el período invernal, las áreas de esquí en Oukaïmeden presentan un inesperado contraste con la imagen cálida de Marruecos.
Para quienes anhelan emociones en el paraíso de dunas, el Sahara es obligatorio. Un viaje a lomos de camello por las ondulaciones arenosas de las dunas de Erg Chebbi y Erg Chigaga es una experiencia icónica. Al ocaso, el horizonte se transforma en un increíble espectáculo de sombras ámbar y escarlata. Las veladas en tiendas bajo las estrellas bajo un techo celestial ofrecen una profunda sensación de tranquilidad y armonía natural. En las costas atlántica y mediterránea, las orillas arenosas de Marruecos se adaptan a todas las preferencias. Este destino atlántico es una moderna ciudad turística con un dinámico paseo costero, mientras que este refugio costero seduce con su carácter sosegado, villa amurallada blanca y vientos constantes que llaman a los practicantes de kitesurf de todos los rincones.
Ningún aventura a el Reino de Marruecos está terminado sin probar su reconocida tradición culinaria. La cocina marroquí es una fiesta para el paladar que fusiona notas dulces, saladas y especiadas en una sinfonía de sabores.
El icónico tajín, un guiso cocido a fuego lento que toma su nombre del recipiente de barro en el que se prepara, tiene variantes ilimitadas, desde carne blanca en combinación con limón conservado y aceitunas hasta cordero especiado con ciruelas pasas y almendras tostadas.
El cuscús, a menudo degustado en la festividad semanal, es otro plato esencial, cubierto con una combinación de carnes y vegetales. La gastronomía ambulante marroquí es igualmente irresistible. Desde el sabroso msemen (un pan plano hojaldrado) hasta el tentador chebakia (postres con almíbar y especias), cada pedazo narra un legado de cultura y técnica. Y no pases por alto disfrutar de una taza de té de menta, conocido como “whisky sin alcohol”, un emblema de bienvenida que es tanto un acto ceremonial como una infusión.
Ir de compras en el Reino de Marruecos es toda una experiencia. Los zocos del país son una maravilla sensorial de tonos, olores y melodías. En esta icónica urbe marroquí, los bazares están organizados por especialidades, ofreciendo desde alfombras tradicionales elaboradas a mano y luces decorativas hasta hierbas especiadas y indumentaria local. Los oficiales en este rincón de África tienen un inmenso orgullo por su oficio, a menudo legando sus conocimientos a sus descendientes. Puedes encontrar exquisitos mosaicos de zellige, creaciones de cuero elaboradas en Fez y cerámicas pintadas a mano en ciudades como Safi y Meknes. Negociar es parte de la tradición, así que practica tus dotes de regateo con actitud positiva.
El almanaque marroquí está lleno de llamativos festivales que proporcionan una inmersión completa en sus tradiciones y hábitos culturales. El encuentro de melodías sagradas en Fez acoge a intérpretes globales, estableciendo un clima de serenidad. El Festival de las Rosas en Marrakech Desierto Tours Marruecos El Kelaa M'gouna honra la cosecha de rosas en el paisaje montañoso de Marruecos con música, coreografías y desfiles. El mes sagrado de ayuno, el período de abstinencia religiosa, es un tiempo de pensamiento profundo y comunidad, culminando con el celebración del Eid, una celebración alegre marcada por banquetes y convivencias familiares. Los viajeros durante este tiempo pueden ser testigos de la excepcional mezcla de fe y entretenimiento del país.
El mayor tesoro de Marruecos son sus habitantes. Conocidos por su hospitalidad, los marroquíes acogen a los visitantes con los un corazón abierto y una cálida sonrisa. Ya sea que te reciban en una casa bereber en las montañas o gozes de un recorrido guiado por una medina, te tratarán como si fueras de la circulo cercano. Los habitaciones marroquíes, casas tradicionales marroquíes con patios interiores, son un reflejo de esta costumbre de hospitalidad. Alojarse en un riad proporciona una experiencia íntima, con un servicio exclusivo, una estructura asombrosa y un remanso de paz alejado del bullicio urbano.
Marruecos es una región de opuestos y asombros, donde las prácticas antiguas coexisten con las metas modernas. Su enérgica cultura, escenarios espectaculares y cordial hospitalidad lo convierten en un destino como ningún otro. Ya sea que pasees por las zocos, saborees su deliciosa gastronomía o te maravilles con sus maravillas naturales, Marruecos dejará una marca indeleble en tu alma. Empieza a trazar tu viaje a Marruecos hoy y descubre por qué este encantador territorio sigue atraer a viajeros de todo el mundo.